

No respondas
27/12/2025 | 5 min
«Y no adopten las costumbres de este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, para que comprueben cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, agradable y perfecto» (Romanos 12:2) No adoptes las costumbres de este mundo. Si lo haces, el mundo te vencerá. Es así de simple; por eso, no dejes que el mundo te presione para moldearte con su forma. En su lugar, transfórmate por medio de la renovación de tu mente. Para vencer al mundo, deberás transformar tu mente y pensar como Dios piensa. En otras palabras, cuando veas algo en la Palabra, declara: "Estoy de acuerdo con eso. De ahora en adelante pondré en práctica eso mismo, en lugar de lo que yo pienso". Por ejemplo, cuando el pecado llame a tu nombre, no respondas. Ponte de acuerdo con la Palabra, y confiesa: "Diablo, yo ya morí a ese pecado. Tú ya no puedes arrastrarme de regreso". A medida que haces eso, empezarás a transformarte. ¡Y te encontrarás viviendo como un vencedor del mundo! Lectura bíblica: Romanos 6:1-11 © 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.

Conoce a Dios como tu Papito
26/12/2025 | 5 min
«Porque [el espíritu] que han recibido ahora no [es] un espíritu que esclavice nuevamente al miedo, sino que han recibido el espíritu de adopción [el espíritu que produce filiación], en la dicha por el cual clamamos: ¡Abba, [papito] Padre!» (Romanos 8:15, AMP) Una noche, después de un servicio de adoración, salimos con un amigo a la calle y de pronto nos quedamos maravillados al contemplar la belleza que nos rodeaba. Era una de esas lindas noches de invierno completamente despejadas en las que el resplandor de la luna y de las estrellas lo dejan a uno boquiabierto. Le dije a mi amigo: "Tommy, ¡mira eso!" Él miró hacia arriba con una de esas sonrisas inspiradas por el Espíritu Santo, y con una voz llena de ternura exclamó: "¡Mi Papito hizo eso!" ¡Mi Papito…! Nunca olvidaré la manera en que lo dijo. Algunas personas piensan que él no debió haber usado palabras tan informales para dirigirse a Dios, pero se equivocan. Es bíblico dirigirse a Él de esa manera. La palabra traducida como padre en arameo es Abba, la cual es usada varias veces en el nuevo testamento. La traducción equivalente en el español es papito. Es una palabra que significa cercanía, e implica una relación que ha sido cultivada con el pasar del tiempo. "Papá" es una cosa y "Papito" es otra. De niño, mi papá a veces era mi "padre" y en otras ocasiones era mi "papito". Cuando nos íbamos a cazar patos, él era mi "papito". Cuando daba órdenes que quería que se obedecieran al instante, él era mi "papá". Lo mismo podemos decir de Dios: Él es nuestro Papá y nuestro Papito. A veces hablaremos de algunos asuntos con Él muy seriamente; otras veces la conversación será más amena. En todo caso, una vez llegues a conocerlo más íntimamente, te aseguro que desearás estar cerca de Él todo el tiempo. Lectura bíblica: Romanos 8:14-18 © 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.

Un tiempo para olvidar
25/12/2025 | 5 min
«Entonces se le acercó Pedro y le dijo: «Señor, si mi hermano peca contra mí, ¿cuántas veces debo perdonarlo? ¿Hasta siete veces?» Jesús le dijo: «No te digo que hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete» (Mateo 18:21-22) ¿Recuerdas cuando…? Esa es una pregunta que oímos a menudo durante esta época del año. Ya sea en familia o con amigos, traemos a la memoria recuerdos agradables de navidades pasadas. Pero también nos vienen a la memoria experiencias que preferiríamos olvidar. De repente, el dolor de algo que ocurrió en el pasado regresa, el aguijón de las críticas negativas, la decepción de alguna promesa incumplida, el rechazo, los desacuerdos, las angustias… ¿Qué debemos hacer con esa clase de recuerdos? ¿Hemos de arrastrarlos toda la vida junto con el resto de nuestras cargas? No. Podemos dejarlos en el pasado; es más, debemos hacerlo. No obstante, hay sólo una forma de lograrlo: por medio del perdón. Perdonar al prójimo parece algo sencillo; sin embargo, muy pocos lo hacemos. Miramos el perdón como si fuera algo opcional, como algo que podemos aceptar o descartar. Pero la verdad es que el perdón es un requisito fundamental en la vida del creyente. Desde la perspectiva de Dios, la falta de perdón constituye una maldad. En Mateo 18, Jesús relata una parábola que ilustra las consecuencias del rencor. La parábola habla de un siervo que le debía a su señor el equivalente a millones de dólares. Cuando llegó el día en que debía pagar, el siervo dijo a su amo: «Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo» (versículo 26). Este amo se conmovió tanto que le perdonó toda la deuda. Poco después, ese mismo siervo buscó a un amigo que le debía el equivalente a 15 dólares. Al enterarse de que el amigo no podía pagarle, hizo que lo echaran en la cárcel, sin prestar atención a los ruegos desesperados del deudor. Cuando el amo del siervo se enteró de lo ocurrido se indignó y le dijo que era un siervo malvado; luego, lo entregó a los verdugos hasta que pagara toda su deuda. Observa nuevamente el monto de la deuda que no fue perdonada: quince dólares. Las deudas pequeñas son las que por lo general nos hacen tropezar más fácilmente: los resentimientos insignificantes entre cónyuges o entre hermanos, los rencores que no parecen importantes como para afrontarlos. Ten cuidado: ésa es la clase de deudas de las que Satanás se vale para atormentarnos. Después de todo, Jesús pagó una montaña de deudas por ti. Sin duda, tú puedes ser generoso con las deudas de centavos que otros te deben. Invierte tiempo con el Espíritu Santo y pídele que te muestre cualquier rencor que estés albergando. Luego, arrepiéntete y deshazte de ese rencor. Haz de esta Navidad no sólo un tiempo para recordar, sino también para perdonar y olvidar. Lectura bíblica: Mateo 18:21-35 © 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.

Todo te saldrá bien
24/12/2025 | 5 min
«Procura que nunca se aparte de tus labios este libro de la ley. Medita en él de día y de noche, para que actúes de acuerdo con todo lo que está escrito en él. Así harás que prospere tu camino, y todo te saldrá bien». (Josué 1:8) El éxito en la vida es el resultado de la cimentación en la Palabra de Dios. Es necesario pensar y meditar en ella hasta que se convierta en lo que podríamos llamar "una segunda naturaleza". Es importante prestarle atención y obedecerla con tal nivel de constancia, que ésta empieza a guiar tus acciones aun cuando no estás pensando conscientemente en lo que dice. Cuando empecé a pilotar aviones, aprendí a hacerlo estudiando el manual una y otra vez. En mi mente visualizaba todo lo que podría ocurrir en ese avión. Pensaba y meditaba constantemente en lo que debía hacer, y así fue como aprendí a pilotar. Y es exactamente eso lo que empecé a hacer con la Palabra de Dios. Meditaba en ella de día y de noche. Al poco tiempo, empecé a emocionarme acerca de lo que estaba leyendo. Solía sentarme en mi casa y pensaba en cómo podía aplicar la Palabra en diferentes situaciones. Me veía orando por los enfermos y sanándolos. La Palabra se convirtió en "mi segunda naturaleza". Practica meditar la Palabra de esa manera. Deja que llegue a ser parte de tu vida. Mírate obedeciéndola en toda situación, porque entonces, "todo te saldrá bien". Lectura bíblica: Salmo 1 © 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.

Vete cuando estés listo
23/12/2025 | 5 min
«Te concederé muchos años de vida, y te daré a conocer mi salvación» (Salmos 91:16) ¿Sabías que no es la voluntad de Dios que nadie muera joven? Su voluntad para ti es que vivas el número completo de tus días. Deberías vivir 70 u 80 años, y si no estás satisfecho con esa cantidad, ¡vive más tiempo! La Biblia dice que Abraham murió anciano y lleno de años. Debería ser lo mismo para todos nosotros. A algunos creyentes se les ha complicado la vida porque no han llegado a entender este punto. Cuando se enferman, en lugar de creer en la sanidad, empiezan a pensar que quizás ya les haya llegado la hora de morir y que tal vez es la voluntad de Dios que partan de este mundo. Piensan: "A lo mejor Él está listo para llamarme a casa". Jamás entretengas esa clase de pensamientos. Si dejas las cosas en las manos de Dios, Él te llevará al cielo cuando estés preparado para partir. El apóstol Pablo entendió esa realidad. En 2 Timoteo 4:6-7, dijo: «Yo estoy ya a punto de ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe». Pablo murió cuando él y Jesús estuvieron preparados para que él partiera. Sin importar cuál sea tu edad, si el diablo te dice que Dios no te sanará porque es hora de que partas, ¡no le creas! Está mintiéndote. Dios promete en el Salmo 91:16 que si habitas bajo la sombra del Altísimo (en otras palabras, que si permaneces en Él como Jesús dice que lo hagas en Juan 15), Él te saciará de larga vida. Si aún no has terminado tu carrera en esta Tierra y no estás satisfecho, entonces definitivamente no es hora de que mueras. Así que no le hagas caso al diablo, y sigue viviendo. Reprende las enfermedades y los males en el Nombre de Jesucristo. Aférrate a las promesas de Dios. Después, cuando sea tiempo de irte al cielo, ¡hazlo satisfecho, sano y listo! Parte en victoria cantando las palabras de un antiguo canto lleno de gozo: "El cielo está cerca y yo no me puedo quedar aquí. Adiós mundo, adiós". Lectura bíblica: Deuteronomio 34 © 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.



Audio Devocional "Crezcamos de Fe en Fe" - Ministerios Kenneth Copeland