Hola y bienvenido a tu podcast Urantia en audio.Para el escrito de hoy he decidido no hacer el resumen acostumbrado, porque me parece importante queaquellos que de verdad escuchan el podcast pongan atención a la narración de estas las últimas horas de Jesús.
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44:06
Escrito 184.- Ante el tribunal del Sanedrín
En el escrito 184, Jesús es arrestado y presentado ante las autoridades judías. Anás lo retiene primero para convocar de manera ilegal al Sanedrín, mientras Pedro lo sigue a distancia y acaba negándolo tres veces. Ante Anás y, luego, ante Caifás y un grupo selecto de sanedritas, se presentan testigos falsos que lo acusan de blasfemia y sedición. Jesús, en medio de insultos y agresiones, solo habla para confirmar que es el Hijo de Dios. Tras este juicio irregular, lo llevan ante Pilato buscando la aprobación romana para su ejecución. Incluso en estas circunstancias, el Maestro mantiene una dignidad y un amor inquebrantables.
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39:04
Escrito 183- La traición y el arresto de Jesús
En el escrito 183 se explica entre otras cosas que, aunque Jesús sufrió cruelmente en sus últimas horas en la Tierra, estos actos de violencia e injusticia no formaban parte de la voluntad divina de Dios. Si bien era voluntad del Padre que Jesús viviera una experiencia humana completa, desde su nacimiento hasta su muerte, Dios no fue responsable de la brutalidad ejercida por los soldados, líderes religiosos y demás personas que lo maltrataron.Jesús, en su entrega total a la voluntad divina, aceptó morir de forma natural, sin recurrir a ningún poder especial para evitar su destino. Su sacrificio no fue causado ni por el Padre celestial ni por fuerzas demoníacas, sino por la maldad de los hombres. A pesar de esto, Jesús se mantuvo fiel a su propósito, demostrando su compromiso con Dios hasta el final.El texto también enfatiza que la crucifixión no fue un mandato divino, sino el resultado de una conspiración humana impulsada por el odio y la ignorancia. Incluso el "padre delpecado" (Satanás) quedó horrorizado ante la brutalidad del sufrimiento de Jesús. En conclusión, Jesús cumplió la voluntad del Padre al vivir y morir como cualquier mortal, pero el dolor y la humillación que sufrió fueron únicamente producto de la perversidad humana.