071125 - El Hombre que Detuvo un Tren con Su Cuerpo
En el año 2001, en Tamil Nadu, India, un hombre llamado Shivappa notó que una vía del tren estaba rota tras un deslizamiento de tierra. Al ver que un tren se acercaba a gran velocidad, corrió hacia las vías, ondeando su camisa. Cuando el maquinista no reaccionó, se arrodilló directamente sobre los rieles. El tren se detuvo a pocos metros. Posteriormente, 2,000 pasajeros fueron evacuados y su valentía fue reconocida nacionalmente.
Este acto heroico ilustra el corazón de intercesión que colocarse entre el peligro y quienes aún no ven el riesgo. Así hizo Moisés al interceder por el pueblo. Así oró Esteban mientras era apedreado, y así actuó el Señor Jesús, poniéndose entre nuestra culpa y el juicio.
Interceder no es solo orar, es comprometerse, exponerse y clamar cuando otros no pueden. Es estar dispuesto a detener el “tren” del dolor, la destrucción o el pecado por amor a otro.
Entonces ¿Estás intercediendo por alguien hoy? ¿Te estás poniendo en la brecha? La Biblia dice en Ezequiel 22:30: “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mí... y no lo hallé” (RV1960).
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071025 - La Gracia que Llegó Tarde, pero Llegó
En el año 2005, en Texas, un hombre condenado a muerte por asesinato pidió hablar con un capellán semanas antes de su ejecución. Entregó su vida a Jesús, pidió ser bautizado y escribió cartas de perdón a los familiares de sus víctimas. Una de ellas respondió públicamente: “No sé si puedo perdonarte, pero sé que Dios puede y si Él lo hizo, no me opongo”.
Aquel hombre murió con paz. Su historia fue documentada por el ministerio que lo acompañó hasta el final. El testimonio conmovió a miles y fue usado por Dios para hablar de Su gracia escandalosa.
El ladrón en la cruz fue salvo en sus últimos minutos. No importa cuán lejos hayas ido, si hay arrepentimiento sincero, hay redención segura.
No dejes para mañana lo que hoy puedes entregar a Dios y si sientes que ya es tarde, recuerda: mientras hay vida, hay esperanza. La gracia no tiene horario de oficina. Llega tarde… pero llega. La Biblia dice en Lucas 23:43: “De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso” (RV1960).
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070925 - La Carta que Tocó al Mundo
En el año 2020, en plena pandemia de COVID-19, una enfermera italiana llamada Arianna escribió una carta abierta desde una UCI saturada en Milán. En ella narraba su agotamiento, sus miedos y su fe. Publicada en un diario local, fue traducida a más de diez idiomas y replicada en medios de todo el mundo. Terminaba diciendo: “No sé cómo terminará esta historia, pero sé que no estoy sola. Dios está conmigo”.
No necesitas un púlpito para predicar. A veces, tu testimonio vivido con autenticidad y fe puede impactar más que mil sermones. En medio del caos, Arianna eligió confiar. Su carta se convirtió en refugio y consuelo para miles que también estaban luchando.
El apóstol Pablo dijo que los creyentes somos “cartas abiertas”. Lo que escribimos con nuestras decisiones, actitudes y palabras es leído por quienes nos rodean.
¿Qué está leyendo el mundo a través de ti? ¿Qué carta estás escribiendo con tu fe? La Biblia dice en 2 Corintios 3:2: “Nuestras cartas sois vosotros… escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres” (RV1960).
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070825 - El Niño que Donó su Merienda
En el año 2017, un niño de siete años en São Paulo, Brasil, compartió su lonchera con un compañero que lloraba por hambre. Al llegar a casa, le contó a su madre y le pidió llevar comida extra al día siguiente. El gesto fue notado por los maestros, quienes lo destacaron como ejemplo de empatía. Pronto, la historia se difundió por redes sociales y medios, recordando al mundo que el amor verdadero empieza en lo pequeño.
Así también, el Señor Jesús multiplicó panes gracias a un niño que ofreció lo poco que tenía. No fue la cantidad lo que causó el milagro, sino la disposición. Su acto quedó registrado para siempre en el Evangelio como testimonio de que Dios puede hacer mucho con poco.
Nunca subestimes lo que Dios puede hacer a través de tu generosidad. Un pequeño acto de amor puede transformar el día e incluso el destino de alguien.
Tu merienda puede parecer pequeña, pero en las manos de Dios, alimenta multitudes. Ofrece tu tiempo, tus dones, tus recursos. Él hará lo imposible. La Biblia dice en Juan 6:9: “Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes… pero ¿qué es esto para tantos?” (RV1960).
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070725 - La Silla Vacía que Enseñó
En el año 2022, durante una cena de Acción de Gracias en Nueva York, una familia dejó intencionalmente una silla vacía en honor a su hijo militar desplegado en el extranjero. No era solo un gesto simbólico. Antes de cenar, oraron por él y por todos los ausentes. El acto fue visto por una vecina que replicó la idea en su iglesia. Pronto, cientos lo imitaron en sus comunidades como símbolo de memoria, amor y esperanza.
A veces, una ausencia enseña más que mil palabras. Nos recuerda a quién extrañamos, pero también a quién esperamos. El Señor Jesús habló de Su regreso y nos enseñó a vivir con una “silla preparada” para Él: un corazón atento, una vida ordenada y una fe activa.
Cada vez que dejamos espacio para Dios en nuestra rutina, en nuestra mesa, en nuestra conversación, estamos recordando que no todo está completo sin Él y al mismo tiempo, abrimos lugar para reconciliarnos con aquellos que hemos distanciado.
¿Hay alguna “silla vacía” en tu vida que debas llenar con oración, perdón o expectativa santa? Hoy puede ser el día para hacerlo. La Biblia dice en Apocalipsis 3:20: “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo…” (RV1960).