Querida Iglesia, esto es lo que realmente está alejando a las personas de ti
Querida Iglesia, esto es lo que realmente está alejando a las personas de tiSé que estás preocupada.Veo tu ansiedad cuando escuchas las estadísticas, las historias de quienes se van, los comentarios en redes, las bancas vacías. Quiero ayudarte. Pero primero, necesito decirte algo con todo respeto:No es la cultura.No es la música moderna, ni las redes sociales, ni “la juventud perdida”, ni los ateos, ni los homosexuales.El problema, Iglesia… eres tú. Déjame explicarte con cariño, pero con verdad. 1. Tus cultos parecen más un show que un espacio para encontrar a Dios Luces, pantallas, música fuerte… todo parece bien armado.Pero cuando termina el domingo, muchos se sienten igual de vacíos el lunes.Las personas no necesitan más entretenimiento. Necesitan presencia. Necesitan comunidad. Necesitan a Dios. 2. Hablas en un idioma que ya no conecta A veces usas palabras que suenan bonitas, pero no dicen nada claro.La gente no necesita oír términos complicados, ni frases repetidas que ya no significan nada.Necesitan escuchar sobre el amor, el perdón, la duda, el sufrimiento, la esperanza.Necesitan que les hables como hablaría Jesús: de forma simple, directa, sincera. 3. Todo gira en torno al edificio Tienes un templo hermoso, con cafetería, salones y tecnología.Pero muchos no necesitan que los invites a entrar…Necesitan que salgas a su encuentro.A sus calles, sus plazas, sus casas, sus dolores. No te olvides: Jesús no esperó a nadie en el templo. Fue a buscarlos donde estaban. 4. Peleas las batallas equivocadas Te enojas por lo que ve alguien en televisión, por cómo se viste una persona, por lo que dice una canción.Pero te quedas callada frente al hambre, la injusticia, la violencia, el abuso. Hay tanta gente herida… y tú, en lugar de abrazarla, la corriges.¿No deberías estar del lado del que sufre, no del que juzga? 5. Dices que amas… pero no se siente así Invitas a todos con un “ven tal como eres”…Pero cuando llegan, empiezas a poner condiciones.Que si no vistes así, que si votas de tal forma, que si dudas, que si pecas “demasiado”.Entonces, muchos sienten que no hay lugar para ellos. Pero Jesús sí hacía espacio.Para la mujer adúltera.Para el ladrón en la cruz.Para el discípulo que dudaba. ¿Tú puedes amar como Él amó?Incluso cuando no entiendes al otro. Incluso cuando no piensas igual. Querida Iglesia,Tal vez tengas razón en algunas cosas. Tal vez muchos estamos heridos, confundidos o incluso equivocados.Pero si tú no puedes abrazarnos cuando estamos mal, ¿quién lo hará? Queremos sentir que somos más que una estadística.Queremos dejar de ser corregidos todo el tiempo, y empezar a ser escuchados. No queremos que nos grites más desde el púlpito.Queremos que nos mires a los ojos y nos digas:“Aquí hay lugar para ti, tal como eres.”