DIA 337 - Es Tiempo de Buscar al Señor
Hoy estaremos leyendo Oseas 10-12, 3 Juan 1 y Proverbios 24:11-20. En Oseas 10 al 12, Dios expone la raíz del pecado de Israel y su llamado urgente a volver al Señor. En el capítulo 10, Israel es comparado con una vid frondosa que usa su prosperidad para levantar ídolos en vez de honrar a Dios. Su corazón está dividido, y por eso cosechan injusticia y engaño. Luego Dios hace un llamado: “Siembren para sí justicia, cosechen misericordia… es tiempo de buscar al Señor.”En Oseas 11, Dios revela Su corazón de Padre: “Cuando Israel era niño, yo lo amé.” Aunque Su pueblo se alejaba, Dios no podía abandonarlo. “¿Cómo podría dejarte?” Su dolor es el de un Padre traicionado por hijos que Él mismo levantó. Aun así, promete que un día regresarán temblando a Su bondad.En Oseas 12, Dios recuerda cómo Jacob luchó con el ángel y lloró pidiendo bendición. Así como Jacob fue transformado al encontrarse con Dios, Israel está llamado a regresar a la verdad, a la misericordia y a la dependencia del Señor. Reflexiona: ¿Hay áreas donde tu corazón está dividido? ¿Estás buscando a Dios de verdad o tratando de sostener tu vida con tus propias fuerzas?En 3 Juan 1, vemos un mensaje personal, práctico y lleno de sabiduría. Juan elogia a Gayo por su fidelidad, hospitalidad y amor sincero al servir a los hermanos, incluso a los desconocidos. Su vida era un testimonio vivo del evangelio. Luego, Juan advierte sobre Diótrefes, un líder orgulloso que rechazaba la autoridad apostólica, hablaba con malicia y negaba hospitalidad a otros creyentes. En contraste, Demetrio tiene buen testimonio delante de todos.El mensaje es claro: no imites lo malo, sino lo bueno. La fe se demuestra en cómo tratamos a otros, especialmente a quienes sirven a Dios.Reflexiona: ¿Estás viviendo como un siervo de Dios —fiel, generoso y hospitalario— o por el contrario —controlador, orgulloso y resistente a la verdad? ¿A quién estás imitando con tus acciones?En Proverbios 24:11–20, se nos llama a no ser indiferentes ante el sufrimiento: “Rescata a los que son llevados a la muerte.” No podemos excusarnos diciendo que no sabíamos; Dios ve el corazón y conoce las motivaciones.El pasaje también enseña que la sabiduría es dulce, como la miel, y da esperanza al alma. Nos exhorta a no envidiar a los malvados, porque su futuro es incierto, y a no alegrarnos cuando caen, porque Dios mira el corazón. Finalmente, advierte que aunque el justo tropiece siete veces, se levantará, pero el malvado cae sin esperanza.