Europa es un 'cabaret': París y Londres antagónicos sobre Ucrania, y Noruega se somete a Trump
El frustrado presidente de Francia, Emmanuel Macron, exigió a su homólogo de EEUU, Donald Trump, dirigir toda su ira contra el líder de Rusia, Vladímir Putin. Una visión opuesta a la del primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, cuyo par de Noruega, tras alardear de que Ucrania debe prevalecer, se hincó frente a Trump en favor de la paz.Las líneas torcidas de Europa"La ira de EEUU debe dirigirse a una sola persona: el presidente Putin", afirmó un frustrado Macron en su reciente visita a Madagascar. Pregonó falsamente que una paz "justa, sólida, duradera y robusta" depende de Moscú, cuando en realidad Rusia ha expresado en reiteradas ocasiones su disposición al diálogo para resolver la crisis ucraniana. De hecho, la operación militar especial se inició luego del sabotaje de Francia y Alemania a los acuerdos de Minsk, y del rechazo de Occidente a un plan integral de seguridad presentado por Moscú en diciembre de 2021."Parece que en Bruselas quieren que el 'teatro' continúe: que la matanza, la destrucción, el conflicto, se perpetúen a lo largo del tiempo. Y habrá que estudiar cuáles son los motivos exactos, ocultos posiblemente, que están obligando a la Unión Europea a no reconocer la realidad histórica, étnica, geográfica y militar sobre el terreno para negarse a una solución acordada, que es la única solución posible para acabar con la guerra", observa el Dr. en Sociología, historiador, escritor y profesor Sergio Fernández Riquelme.De manera opuesta a Macron se ha pronunciado el primer ministro británico, Keir Starmer, quien considera errónea la idea de que Europa debería seguir un enfoque político independiente de EEUU con respecto a Ucrania, según afirmó en una entrevista que concedió al periódico The Telegraph publicada el jueves.En este sentido, Fernández Riquelme admite que Europa se ha convertido en un 'vaudeville'. "Y el protagonista de este 'vaudeville' quiere ser Emmanuel Macron, quiere hacer a Francia 'grande de nuevo', la grandeza francesa de ser el centro de Europa y tener ese poder neocolonial en África, o ser la locomotora de Europa, o tener voz y voto de manera primordial en el mundo. Pero los hechos están demostrando que 'nada de nada'. Porque al final, Starmer, que es socialdemócrata, que siempre ha apoyado a Kiev, seguro que ha echado cuentas y pensó: cómo vamos a mantener sine die a esta resistencia ucraniana sin el apoyo de EEUU", apunta el experto.Mientras, en su visita a la Casa Blanca, también el jueves, el primer ministro noruego, Jonas Gahr Store, elogió los esfuerzos de Trump para poner fin al conflicto. "Saludo al presidente Trump por haber tomado iniciativas muy importantes para poner fin a este conflicto, que ambas partes merecen. Necesitamos un alto el fuego, salvar vidas y avanzar hacia algo que sea más seguro para Europa y para las personas afectadas. Y en eso trabajamos juntos", declaró en Washington.Así, el líder noruego demostró que una cosa es subir un post en una red social, y otra muy distinta, es estar cara a cara con Trump, y es que el pasado 15 de febrero, posteó en la red social X: "Nada sobre Ucrania, sin Ucrania […] Noruega está con Ucrania: en armas, en ayuda y en solidaridad". Un día antes había enfatizado que "Ucrania debe prevalecer". En diciembre pasado, el Gobierno de Noruega prometió proporcionar a Ucrania unos 242 millones de dólares para reforzar su Armada."Tras tres años hablando de derechos, de libertades, de democracia, ahora el dinero va a faltar. Y claro, delante de Donald Trump, que le habrá sacado la calculadora, pues se habrá asustado y habrá dicho: 'me como mis palabras'. 'Ahora tengo que diseñar un presupuesto donde aumente significativamente el gasto militar, no para defenderme, sino para un conflicto que no es parte de mi entorno'. Y Noruega, no sé qué pintará en la estepa euroasiática", advierte el analista.