la Sabiduría y la Ley del Antiguo Testamento Respondiendo a Barton 03
la Sabiduría y la Ley del Antiguo TestamentoEste documento presenta una revisión de las principales ideas y argumentos planteados en la fuente "03 Respuesta a las Perspectivas Críticas sobre la Sabiduría y la Ley del Antiguo Testamento". Se centra en refutar las interpretaciones histórico-críticas, como las de John Barton, desde un marco evangélico conservador, defendiendo la naturaleza divina, la autoridad y la integridad de la sabiduría y la ley del Antiguo Testamento.El texto comienza señalando una profunda división en el estudio bíblico contemporáneo, no sobre los datos en sí, sino sobre los marcos filosóficos y teológicos a través de los cuales se interpretan.Marco Histórico-Crítico (ej. John Barton): Opera bajo el naturalismo metodológico, excluyendo a priori la revelación sobrenatural y tratando el texto bíblico como un producto puramente humano y evolutivo. Por ejemplo, se afirma que Proverbios evolucionó de "observaciones puramente seculares sobre la vida" a un "tono más moralizante" y, finalmente, al "pensamiento teológico explícito". Este modelo impone una trayectoria evolutiva que refleja más las presuposiciones de la Ilustración que la evidencia interna.Marco Evangélico Conservador: Parte de la presuposición del teísmo y la realidad de la revelación divina. Afirma la auto-atestación de la Biblia como la Palabra de Dios inspirada, inerrante y autoritativa. La hermenéutica evangélica considera el testimonio de Jesucristo sobre el Antiguo Testamento como el control interpretativo último.Cita Clave: "El conflicto central, por lo tanto, no es sobre la evidencia, sino sobre el paradigma interpretativo que se le aplica."La existencia de paralelos entre la literatura sapiencial de Israel y la del Antiguo Oriente Próximo (AOP), como la Instrucción de Amenemope, es un punto de divergencia clave. Mientras que el marco naturalista concluye que Israel "tomó prestado y adaptó material pagano", el marco evangélico ofrece alternativas que preservan la inspiración:Dios guio a Salomón para redimir y reutilizar sabiduría común, purificándola e invistiéndola de un nuevo significado teológico.Ambas culturas, habitadas por seres humanos a imagen de Dios, observaron la misma realidad moral ordenada por el Creador, produciendo máximas similares.La influencia fluyó de Israel a Egipto.Esta sección argumenta que la sabiduría y la ley bíblicas son cualitativamente distintas de sus contrapartes del AOP debido a su fundamento teológico único, que es esencial e irreductible.Contrario al modelo evolutivo, el "temor de Yahvé" no es una adición tardía a Proverbios, sino su "principium"—el punto de partida, fundamento y característica definitoria.Cita Clave: "El principio de la sabiduría es el temor de Yahvé" (Proverbios 1:7; 9:10; Salmo 111:10; Job 28:28).Este "temor" se entiende como un asombro reverencial y numinoso ante un Dios santo, creador y redentor, no como un terror servil.Reorienta el propósito de la sabiduría: Mientras que los textos del AOP buscan el éxito personal o la estabilidad social, la sabiduría bíblica busca honrar a Dios y reflejar su carácter. Los proverbios sobre diligencia, por ejemplo, son exhortaciones a reflejar el carácter del Creador.La ley del Pentateuco no es un mero código legal humano, sino Torá ("enseñanza" o "instrucción") dada en el contexto de una relación de pacto redentor.El prólogo del Decálogo (Éxodo 20:1-2) establece que la ley proviene de "Yahvé tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto". La obediencia es una respuesta agradecida de un pueblo ya redimido por gracia, no un medio para ganar el favor divino. Este marco pactual está ausente en los códigos del AOP como el de Hammurabi.El propósito último de la ley es la santificación: "Santos seréis, porque santo soy yo Yahvé vuestro Dios" (Levítico 19:2). La ley busca formar un pueblo que refleje el carácter de Dios, preocupándose por la santidad personal y comunitaria en todos los aspectos de la vida.