El tratamiento de las células con pulsos eléctricos de corta duración, del orden de microsegundos, produce poros en la membrana celular que permiten temporalmente el paso de moléculas cargadas del exterior al interior de la célula, o viceversa. Esta técnica se denomina electroporación, por razones obvias, y se utiliza en numerosos laboratorios del mundo para introducir genes en las células y estudiar así sus funciones. La electroporación también se ha estudiado en terapia anticancerosa, para intentar que las células tumorales incorporen genes estimuladores de la respuesta inmunitaria contra ellos, o facilitar la infección de las células cancerosas por virus que destruyen de forma dirigida a las células tumorales. Estas terapias no han ofrecido resultados prometedores. Sin embargo, la electroporación sí se utiliza en el caso de tratamientos de tumores cutáneos o subcutáneos. Esta técnica se denomina electroquimioterapia.
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Las leguminosas en la alimentación humana.
Las leguminosas, una familia botánica que incluye no menos de trece mil especies, son un valioso alimento. Sus semillas han sido parte de la alimentación humana desde los tiempos más remotos. De hecho, algunas de ellas figuran entre las primeras plantas cultivadas por el hombre para su alimentación y los datos que poseemos indican que su cultivo debió comenzar hace ocho mil años. En términos generales, las leguminosas secas contienen aproximadamente un 60% de hidratos de carbono, principalmente almidón, un 20% de proteínas y una menor cantidad de grasa que no pasa del dos al cuatro por ciento. Son también una buena fuente de calcio y de hierro y tienen un buen contenido de algunas vitaminas hidrosolubles del grupo B.
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Un nuevo anticuerpo contra el cáncer
Para un científico, es siempre un gran orgullo y satisfacción, y una gran alegría, comprobar que el trabajo que ha podido hacer, en el caso de Jorge Laborda el descubrimiento del gen DLK1, puede ser utilizada más tarde por otros para desarrollar nada menos que una nueva herramienta para tratar con éxito una enfermedad de la gravedad del cáncer de hígado. Hoy Jorge cuenta la historia de este último descubrimiento y cómo está enlazado con otros realizados en las últimas tres décadas y media con el que inicialmente realizó hacia finales de los años 80 del siglo pasado. La historia es muy educativa tanto para aprender o recordar interesantes aspectos sobre el cáncer y el sistema inmunitario, como para observar cómo funciona la ciencia y comprobar que, por pequeña que sea, cualquier contribución al conocimiento humano puede resultar importante.
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El Experimento de magendie 175 años después (y II)
En el episodio anterior de Quilo de Ciencia in memoriam, el Dr. Francisco Grande Covián nos explicó unos experimentos pioneros realizados por el médico y fisiólogo francés Magendie. En estos experimentos, Magendie ponía en evidencia la existencia de un nutriente fundamental de naturaleza grasa que hoy conocemos como vitamina A. Además, los experimentos indicaban que este componente necesitaba también de nutrientes proteicos para resultar eficaz, ya que la alimentación de perros exclusivamente con mantequilla, un alimento con abundante vitamina A, pero muy escaso en proteínas, conducía a la aparición de los mismos síntomas que los que se observaban en el caso de alimentar a estos animales exclusivamente con azúcar, que carece de esta vitamina. En la segunda parte de su artículo dedicado a la memoria de Magendie, publicado en el libro La alimentación y la Vida, el Dr. Grande Covián nos relata los descubrimientos científicos que permitieron explicar las agudas observaciones de este médico francés.
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El experimento de Magendie 175 años después (1)
En el capítulo del libro del Dr. Francisco Grande Covián La Alimentación y la Vida, que abordamos hoy, el investigador nos traslada desde la actualidad hasta hace más de doscientos años para recuperar la memoria del gran fisiólogo francés François Magendie. Fue este científico quien, en sus experimentos con animales, realizó la primera observación indicativa de la existencia de la vitamina A. Sin embargo, como sucedió con Gustav von Bunge, del que hablamos en el episodio anterior, la contribución de Magendie no fue debidamente reconocida. Escuchad y disfrutad con la primera parte de la interesante historia que, con su habitual maestría, el Dr. Grande Covián nos ofrece hoy, y acabará de ofrecernos en el siguiente episodio de Quilo in Memoriam.