Episodio 54: Dejó su Gloria (Serie: Ser antes de hacer)
Todos los nacidos de nuevo en Cristo anhelamos ser usados por Dios y servirle. El mejor ejemplo que tenemos sobre cómo ser un siervo para la gloria de Dios es en Jesucristo mismo. Él abandonó su gloria y su preeminencia por sobre todas las cosas; se humilló en extremo. En ocasiones nuestro orgullo compromete la obra de Dios, pero ejemplo tenemos en Jesús quien luego de humillarse a sí mismo hasta lo sumo, fue exaltado al más alto lugar.
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Episodio 53: La actitud que hubo en Cristo (Serie: Ser antes de hacer)
El liderazgo que Jesús no enseña no se basa en el poder o en el dominio sobre los demás, sino en el servicio humilde y desinteresado. Jesús, al ser el Hijo de Dios, nos muestra que la grandeza en el reino de Dios se mide por la capacidad de servir a los demás, no por la posición que ocupamos. Nuestro corazón, por naturaleza rebelde, puede resistirse a someternos a estos principios, pero al seguir el ejemplo de Cristo, aprendemos que servir con humildad es la clave para vivir conforme al reino de Dios.
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Episodio 52: Auto-humillación de Cristo (Serie: Ser antes de hacer)
El verdadero gozo y unidad surgen de vivir con humildad, dejando de lado la vanagloria y el egoísmo. Cuando nos acostumbramos a algo o alguien, es fácil perder la gratitud y el respeto, olvidando lo que realmente importa. El ejemplo de Cristo, quien, siendo Dios, no se aferró a su divinidad, sino que se humilló por amor a la humanidad. Su ejemplo nos enseña que la verdadera grandeza está en servir y dar sin esperar nada a cambio. En lugar de buscar nuestra propia gloria, debemos imitar el sentir de Cristo, amando y sirviendo con humildad y generosidad.
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Episodio 51: Siervos para su Gloria (Serie: Ser antes de hacer)
Servir a Dios con un corazón dispuesto es un acto de entrega total, donde nos comprometemos a seguir el ejemplo de Jesucristo, quien, aunque siendo Dios, se humilló y se hizo siervo por amor. En Filipenses 2:5-8, se nos muestra el carácter de Jesús: humilde, obediente y dispuesto a sacrificarse por el bien de los demás. Al decir que somos siervos de Jesús, reconocemos que le pertenecemos y que nuestra vida está dedicada a servirle con un corazón sincero. Ser siervo de Cristo no significa solo cumplir con una tarea, sino vivir con un propósito de amar, ayudar y reflejar Su amor hacia los demás. Nuestro servicio debe estar marcado por la humildad y la disposición de hacer la voluntad de Dios, tal como lo hizo Jesús.
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Episodio 50: Evangelio fuera de la Iglesia (Serie: Ser antes de hacer)
La vida transformada se vive dentro y fuera de la iglesia. No se puede ser luz al convivir con la familia de la fe; pero tinieblas en casa o en el trabajo. Los frutos del Espíritu y la evidencia visible del Evangelio en nuestro corazón no pueden ser un asunto de máscaras intercambiables. Si esto es así, no has tenido un encuentro con Jesús.