(SLA36) Daemonicus
Los detectives están detrás Kobold, un historiador encarcelado por matar a seis de sus alumnos. Kobold manipula a los detectives y ellos van detrás de las pistas. Kobold le puso una trampa a una pareja de campesinos: hizo que el hombre matara a su esposa. De su cadáver salen víboras que aterrorizan a policías, detectives y forenses. Por eso hablé del ocultismo, el satanismo y esa sensibilidad darks que, para mí, predominó, más o menos, desde el stalinismo hasta covid. La derrota de la izquierda estatal, su lado autoritario, hizo que los protagonistas de muchas narrativas, como Kobold, fueran los criminales y los bandidos, los malos, ya no el héroe justiciero que concluye con el Che Guevara y de alguna manera vuelve a nacer con Luigi Mangione.Toda una época terminó con el recrudecimiento del genocidio en Palestina. Pasamos de una especie de teología política, donde en la filosofía, la música y el arte predominaba la oscuridad, lo oculto, las formas de vida, la maldad, a un momento más de anti imperialista en el sentido de la vieja guardia, porque el norte global entró en una nueva fase y eso exige retomar ciertos vocabularios, conceptos y herramientas. El 68, el posmodernismo, el mesianismo anárquico, así como toda la filosofía de izquierda occidental radical, como recientemente ha dicho Mauricio Lazzarato, no nos preparó para la guerra colonial, para el genocidio que hemos visto en nuestras pantallas. Mucho menos nos dio claves para afrontar a la ultraderecha que gobierna el país más poderoso del mundo hoy en día. Eso exige retomar ciertos vocabularios, conceptos y herramientas enterrados y olvidados, como el antifascismo.