Agujeros de conejo digitales (y reales)
¿Prefieres escuchar esta carta con todo y mi voz? Activa el audio con el botón de arriba 👆🏼Si quieres vivir la experiencia que tuvo Alicia cuando se cayó en el agujero de conejo y llegó al país de las maravillas, sólo es cosa de que abras una ventana de un explorador de Internet y te pongas a saltar de hipervínculo en hipervínculo. Link tras link acabarás llegando a la profundidad de la psique humana moderna. ¿Y te digo una cosa? A veces da miedo.El tema de lo inquietante en Internet me apasiona y por eso te llevaré por algunos de mis recorridos favoritos en forma de carta digital. Acércate un café, té, cerveza o lo que quieras, que hoy esta carta está para leerla o escucharla en paz.En el menú de hoy hay:* Una reflexión 💭 sobre lo inquietante en Internet* Un producto 📰 indispensable si eres hablante de español (o mexicano).* Una recomendación 💡 para creadores y escritores en Internet.Aviso parroquial:En un accidente feliz resulta que alguien se refirió a esta carta como mi “podcast de los miércoles”. Dando a entender que No recomiendo llega los jueves (algo que ha pasado por accidente, no porque lo hubiera planeado así). Así que ahora habrá Escríbeme pronto en miércoles quincenal y No recomiendo los jueves quincenal. Empecemos…“Tú y tus pinches canciones raras”, dijo mi hermanita la última vez que se subió a mi coche. Traía yo puesta una rolita rusa que habla de aplicaciones digitales que producen dolor y tiene fuerte contenido sexual.Pero como está en ruso, nadie se da cuenta.¿Cómo la descubrí? Bueno, gracias a lo social en Internet, o sea, con personas reales compartiendo una misma computadora.En los albores del internet, habían experiencias sociales alrededor de sus primeros productos, como hemos hecho siempre con algo que produce contenido para consumirse.Me refiero al fino arte de juntarse alrededor de una fogata a escuchar historias.Experiencia que digievolucionó en escuchar la radio en grupo. Ya sea para enterarse de cómo iba la guerra, o más para acá, poner La Corneta en W-Radio para hacer enojar a la fresa de la oficina.Muchos de nosotros todavía tenemos o sabemos de la experiencia tribal que conllevaba tener una tele en casa. La familia se juntaba a presenciar un programa de cualquier tipo. Mi mamá, mis hermanitos y yo teníamos una en la cocina y la hora de la comida era cuando se compartía la caricatura del momento con nuestros comentarios idiotas de fondo.Pero no todo son historias bonitas y caricaturas. No sé si en español haya una palabra similar a la alemana unheimlich. Que se usa para referirse a una experiencia que es entre familiar y aterrorizante. Cuando sabes que algo no está exactamente bien en algo que debería estar bien.Mis experiencias favoritas en Internet tienen que ver con eso. Recuerdo el día en que mi hermanito llegó a mi lado y vaya usted a saber por qué agujero de conejo se metió —uno que seguro tenía que ver con los Happy Tree Friends— pero me recomendó una serie británica animada, rarísima, llamada Salad Fingers.Nos pusimos a verla juntos. Fue una revelación. Yo habré tenido como unos 13 años y mi hermano 10. Los episodios eran raros, atractivos y morbosos.El personaje principal se llama Salad Fingers y es una especie de criatura humanoide masoquista que parece vivir en un mundo post-apocalípitico. La serie trata temas como la muerte (incluyendo la autoinfligida e infligida a otros, si entiendes a lo que me refiero); contiene bastantes referencias sexuales y… no sé, provocaban algo inquietante. Pero maravilloso.A mis 13 años entendí que la humanidad no siempre tiene que mostrarte su mejor cara para juzgarla de maravillosa. Como la música siempre fue lo mío, Salad Fingers me llevó al este. Quién diría que las alianzas británico-rusas se darían por agujeros de Internet y no sólo para acabar con los alemanes.Entre que me sentía medio darks en esos tiempos y que veía cosas raras, en YouTube me aparecieron videos de un animador llamado Kol Belov. El primero que vi fue un video musical de un grupo llamado Theatre of Poison. Veinte años después todavía traigo la canción en el coche recordando doctores de la peste negros con fondo rojo.Kol Belov tiene también animaciones sobre mafiosos en Marte sufriendo un desastre tipo Chernobyl, de unas criaturas extrañas pariendo y sobre situaciones que prefiero ni nombrar pero que tienen que ver con falos y que por algún agujero legal YouTube no ha retirado....Y hoy nos espantamos porque las nuevas generaciones vean inodoros y cámaras de seguridad en Skidibi Toilets.Otras animaciones espantosas hechas por oootro ruso loquito, pero más modernas.En los tiempos en los que veía estos videos de Kol Belov, también empecé a tener algo de fe por la democratización del contenido en Internet. Porque lo mismo veía animaciones flash del italiano Bruno Bozzetto en Peor es nada punto com; que guardaba los guiones completos en mi cabeza de “sistema vampisec”, tributos un tanto misóginos de village people y, si me das cuerda, canto “hola, soy un ladrón, soy un matón, soy un ases… ¡soy Menem!”.Nota al margen uno: Oficialmente mi madurez se basa en saber qué fue Elcerebro.com.Nota al margen dos: Por supuesto que a mis 13 años yo no tenía ni idea de quién rayos era Carlos Menem.En fin, me estoy desviando.Decía yo que sí hay un componente social en Internet. Dicho componente también me llevó a leer y compartir creepypastas. En palabras llanas estas son leyendas urbanas de internet, una joya de la ficción contemporánea. Mismas que leía yo en voz alta a mis amigas, todas con pelos de punta, haciendo mis pininos de locución.En esos años de secundaria, ellas y yo moríamos de miedo con videos estúpidos de supuestos fantasmas. Nos juntábamos cinco o seis sobre la computadora. Un par de adolescentes en dos sillas, las demás hincadas y paradas en una mesa de madera.La mayoría de las veces eran videos cualquiera en los que espantaban al final con un grito y la foto de la niña de El exorcista. Todavía tengo la imagen de una amiga que se cayó abierta de piernas, porque estaba sentada en la mesa y resbaló, mostrando sus bonitos calzones a la audiencia de chamacas, porque traíamos la falda de la escuela.Iba a decir que esa fue mi primera aproximación al terror, pero no me refiero a mi amiga tirada en el suelo abierta de patas (saluditos, Dani), sino a los creepypastas que leíamos según que para tranquilizarnos.Mi favorito hasta la fecha es el de los 12 sonidos, que venía con dos archivos de audio. ESO era narrativa transmedia y no payasadas: un texto acompañado de dos archivos mp3. La idea de esta leyenda urbana es que si oyes uno de los doce sonidos sin oír el sonido número ocho, se te aparecen cosas.Claro que no se te aparece nada.Aunque yo, por las dudas, sí escuché el ocho.Este recuento anecdótico es sólo para recordar que los seres humanos podemos producir obra, porque claro que todo esto que menciono son productos culturales, que rayan en lo inquietante y que dan algo de emoción extraña consumirla.En retrospectiva, ¿debí consumir este contenido con la edad que tenía en aquel entonces? ¿Me preocupa lo que ven los menores de edad hoy? Mdeh. Creo que hay riesgos más feítos en Internet que mirar animaciones que dan miedo o que te producen piel de gallina porque sabes que hay algo raro. Hoy me parece más grave el ciberacoso que incluye instar a alguien a arrebatarse la vida.Eso da más miedo que una figura humanoide diciendo que las cucharas oxidadas se sienten padre.Pero bueno, Internet es el lugar donde las maravillas suceden… No siempre de la manera en la que esperamos las maravillas.El problema de estudiar Internet es que todo sucede demasiado rápido. Por eso los grandes estudios sobre la red van con bastante atraso. La academia es más lenta que el caballo del malo y para cuando por fin se da cuenta de qué pasó en la primavera árabe, la cosa ya está muerta y con varios cambios de gobierno de por medio.Por tanto, siempre he sido fan de las publicaciones de periodistas que discuten Internet. Porque ellos no necesitan la revisión de diez mil colegas e investigan fenómenos únicos y efímeros.Apunte al margen, por si te interesa el tema: Creo que el mejor de esta banda es Ryan Broderick que escribe Garbage Day (mejor nombre para una publicación que se trata sobre la porquería que hay en Internet no pudo haber). Aunque está Nick Catucci y Kate Lindsay con Embedded, Social Signals by GREG SWAN y Deez Links, de Delia Cai. Mención honorífica a Laura Olin por dar listas digeridas.¿Qué tienen en común todos estos monitos y monitas?… …. … ¡Adivinaste! ¡Son gringos!Pues el algoritmo substackero hizo algo bien y me llevó a Internet me está consumiendo. Una publicación de un ser que sólo me había topado en X. Ustedes no deberían saberlo, pero antes pasaba mucho tiempo en Twitter. Luego decidí ser feliz.¿Quién es Ayax, el creador de IMEC [Internet me está consumiendo]? Pues es un periodista, que como muchos periodistas (me han contado que eso pasa), decidió irse a los bajos mundos del Internet y ser desarrollador. Pero todos los periodistas son medio adictos a su oficio. Decidió abrir el proyecto para escribir de forma recurrente. Para que nos demos idea, escribe desde los 12 años sobre Internet. A esa edad tenía una página de noticias de Digimon. Este proyecto que trae es por puro amor al arte y lo edita junto con Maximiliano, quien es cineasta pero que ayuda a Ayax a pelotear ideas, darle una leída a los textos y hacer sugerencias. En palabras de Ayax: “Es como mi Robin”. Recomendación no pedida: consíguete un sidekick cool. Me encantó lo que dice Ayax sobre la cultura de internet. En sus palabras:Me ha tocado vivir un montón de vidas aquí. Mucho de eso se siente justo como una vida, con sus propias dinámicas, héroes, villanos y ritos. Pero siempre se pierden. porque todo en Internet es efímero. Entonces quise tomarme en serio lo que ocurre en Internet, la cultura de cada comunidad, las dinámicas, su lore interno y dejar registro de todo esto que me parece muy importante. […] Internet me está consumiendo es una crónica humorística semanal sobre la cultura del Internet y lo que esto dice sobre nosotros. A veces la cultura en Internet son las siniestras maquinaciones de la derecha gringa y a veces es un tiburón con tenis que hace reír a los niños.Ya te dejé el enlace arriba, pero inserto aquí la primera carta que le leí a Ayax y su liga de la justicia; me tuvo muuuy divertida. Pásate por ese artículo, dale me encorazona, comparte lo hecho en México e invítale un cafecito a Ayax:Esta recomendación es para ti si escribes o creas contenido. Y para ti si te gusta el chisme de Internet.El otro día me di cuenta de que tenía varias newsletters sin leer. A la vez, quería hacer ejercicio. Así que dije: ¿Por qué no me pongo a escuchar estas cartas mientras ando brincoteando por mi estudio?Desde hace algún tiempo, Substack te permite incluir una voz superpuesta, también conocida voz en off. Hay de dos sopas: que la subas tú (como hago yo religiosamente) o que configures la herramienta propia de Substack para que una voz generada por inteligencia artificial lea tu artículo.Internet es maravilloso, ¿no?Bueno. El ejercicio fue de risa loca por dos razones:* Algunas partes son leídas con un tono medio gringuillo espantoso que depende de la voz predeterminada que elijas y de los símbolos que escojas (ya llegaré a ello).* También me doy cuenta de que, a quienes escribimos (en realidad, a cualquiera), nadie nos enseñó cómo funciona la accesibilidad en internet.¿A qué me refiero? Bueno, imagina que alguien que no puede ver entra en esta carta y quiere escucharla. ¿Qué hace? Pues le da play al botón de arriba.Pero si no tienes tiempo, ganas o habilidad de ponerle voz en off a tu correo, pues que la inteligencia artificial lo resuelva. Lo hacemos con esperanza, pero el resultado puede provocar un: San-ta ma-dre de Cris-to ven-ce-dor.Se lo ponemos muy difícil a la audiencia. Pero lo vamos a ver (pun-intended) a través de esta lista. Ojo, nadie me pidió esta puntuación y discúlpenme queridos creadores si están nombrados, pero es con fines divulgativos. Son los elegidos sólo porque les tocó que escuchara sus correos mientras trataba de hacer ejercicio. Piensen que normalmente las asesorías de accesibilidad se cobran, pero este repaso les va gratis, gratis.Quien lo hizo muy bien:* Amaya Ascunce Fuera del acento gringo tratando de leer en español, todo bien. Lo único que le recomendaría es probar con otras voces en off (como la mía) para ver si este audio medio chocante y autogenerado se quita.Quien lo hizo bien:* Jorge HernándezCasi podría darle una medalla al ejemplo perfecto. Si quieres que una voz en off lea como escribes, escribe como hablas. Jorge lo hace así.Hace unos días, alguien me acusó de mamadora (sic) por escribir “equis ele” en vez de XL para referirme a una talla. Bueno, si quiero que el lector de pantalla diga equis ele, mejor lo escribo, porque si no acabará diciendo algo como “ecs el”, en modo angloparlante.Lo único que se oyó fuera de lugar en la carta de Jorge fue que, en vez de enumerar los doce pasos de alcohólicos anónimos, lo hizo con un guarismo y luego con una diagonal (/). Por lo cual el lector dice “uno, barra” en vez de sólo leer el guarismo. No inventemos el hilo negro. El formateo de números está puesto para quien escribe por algo. O escribamos el número y tan tan.* Samuel Domínguez Sospecho que es por la voz elegida, pero la voz en off se le ocurre decir quote cuando abre y cierra comillas. Otra opción es usar itálicas. Como estas. O probar con comillas latinas. «¿No alguna vez las defendió Samuel?»Mi recomendación: que cambie de actor artificial. O que me vuelva a invitar a Miradero.Quien lo hizo espantoso:* Soy MiauNo tiene configurada la voz en off y yo quería maullidos digitales. Meow.* El ingrediente secreto Lo siento Alba, me encanta tu contenido, pero esa carta que escuché es el premio al horror accesible.Vamos a ver por qué:El problema de introducir a una escritora sin un título y sólo confiando en la inserción de su newsletter es que el lector automático no distinguirá esa parte y fue difícil darme cuenta que de pronto no era Alba hablando, sino Pepa Cartini.Tengo la duda genuina de si el formateo de este post es por un simple “copy-paste”. Los saltos de línea están en lugares francamente extraños. Supongo que es la típica falta de formato cuando copias y pegas un pdf. Esto también es para recordarles a quienes escriben que cuando puchan “enter” hacen que un lector de pantalla haga una pausa también. ¡Tómenlo en cuenta,para los que escriben como gurús del marketing,con muchos saltos de línea! O si escribes haikus.¿Cómo puede resolver un creador de contenido este problema de accesibilidad?* La mejor solución: Me das a leer tu texto, colaboramos y se expande el contenido. Te juro que yo sí respeto comillas y autoformateo el texto en mi cabeza antes de leerlo. Mándame un mensaje directo, soy locutora gratuita aquí. (Sí, normalmente cobro).* La más o menos solución: Experimenta con las voces de Substack. Las encuentras desde Panel de control > Voz de lectura en voz alta.* La solución que no me gusta nada porque quiero locutar más pero que te voy a decir porque quedamos que Internet es un lugar maravilloso: Speechma. Subes tu texto, te da una locución decente, la subes en Substack. De nada.Espero que te haya divertido este País de las maravillas de lo inquietante. ¡Hasta el JUEVES de podcast!¿Es tu primera vez? Te dejo más cartas aquí.Con cariño libre de virus,J. McNamara, aka Geeknifer.Puedes ponerte en contacto conmigo por Instagram.Escucha esta newsletter en Spotify, Apple Podcasts y YouTube. This is a public episode. If you would like to discuss this with other subscribers or get access to bonus episodes, visit geeknifer.substack.com