Tecnología arregla pinchazos
Ante un pinchazo de la rueda de vuestros coche.... ¿sois más de cambiar la rueda o de llamar a la grúa?
Bienvenidos a YslaMac. Recibid un saludo de Amador Cámara, #elPeriodista de La Ysla De Los Macníficos. En mi Report de abril 2025 os voy a contar mi experiencia con los pinchazos en las ruedas de mi coche, qué hice para solucionarlos, y cómo la tecnología, los avances tecnológicos, hicieron que la experiencia no fuese tan mala como nos podemos imaginar que puede ser este tipo de cosas.
Tengo coche desde hace 30 años aproximadamente. Y en estos 30 años he pinchado 5 veces. Las llevo contadas porque son de esas cosas que no ocurren con demasiada frecuencia, al menos a mí, y cada vez que pasa no se te olvida.
El primer pinchazo, lo recuerdo perfectamente, fue hace ya bastante tiempo. Era un viernes por la tarde, nos íbamos la familia al pueblo, teníamos el coche cargado con todos los archeles, mis dos hijos eran bebés, y llevábamos el carrito, las maletas... en fin. Íbamos hasta la bola.
Al salir de la cochera con mi Fiat Brava me di cuenta del pinchazo porque tenía un tornillo clavado en una de las ruedas. Mi esposa y mis hijos se quedaron en casa, me acerqué al taller que hay al lado de mi casa, y se portaron genial porque de momento uno de los mecánicos se puso con mi coche, y en una media hora estaba la cosa arreglada.
Los dos pinchazos siguientes me ocurrieron en la carretera. Fue con mi todoterreno Ssangyong Rexton. Un coche grande, que tiene ruedas grandes que, como todo lo que es grande, es pesado y difícil de manejar. En los dos casos opté por cambiar yo la rueda. Me costó tela, tela, tela, cambiar la rueda en ambos casos. Sudé casi sangre de dragón, me puse perdido, fatigas por un tubo, un malrato de la leche... pero cambié la rueda. ¡¡Las dos veces!!
Mi cuarto pinchazo fue este pasado diciembre. No fue en mi Ssangyong sino en el turismo que uso ahora para ir a trabajar porque consume mucho menos. Es un Mitsubishi Lancer. A primera hora de la tarde fui a la cochera a por el coche, y vi que tenía un tornillo clavado en una de las ruedas. Mi primera intención fue cambiar yo la rueda, y de hecho saqué la de repuesto, pero un familiar me dijo que no lo hiciera porque la rueda no perdía aire, y seguro que aguantaba hasta llegar el taller. Así lo hice, tiré hacia el taller, la rueda aguantó, y me la cambiaron sin problemas.
Mi quinto pinchazo
Llegamos al quinto pinchazo. Quinto y último (hasta ahora) que, como os podéis imaginar, el más reciente y el que ha dado origen -o, al menos, la idea- de hacer este podcast.
Fue hace un par de meses. Salí del trabajo, fui a coger el coche para regresar a casa, y vi que una de las ruedas estaba, como suele decirse, "en el suelo". Es decir, completamente desinflada y la llanta dando en el suelo.
Eran las dos y media de la tarde, tras una mañana de trabajo, tenía hambre, incluso cosas por hacer a primera hora de la tarde con reuniones fijadas... en fin, que era el peor momento para pinchar porque tenía prisa.
Mi primera intención, y así lo hice, fue abrir el maletero, y empezar a cambiar la rueda. Sin embargo, me acordé del seguro, de que había tenido recientemente una conversación precisamente sobre este tema, sobre si era mejor cambiar la rueda o llamar al seguro (todo el mundo optaba por llamar menos yo que prefería cambiarla), y no sé por qué, decidí llamar al seguro.
Abrí la guantera, busqué la póliza, pero no aparecía ahí ningún número de teléfono al que poder llamar. Me sorprendió, pero recordé que estamos en pleno siglo XXI, en la época de la tecnología y las comunicaciones, y que mi compañía de seguros tenía una aplicación a través de la que yo renovaba la póliza cada año y miraba muchas cosillas.
Supuse que algo podría hacer por la app, y entré en ella.
Y no es que pudiera hacer algo, es que.... ¡¡¡PUDE HACERLO TODO!!! y además de manera muy fácil.
En el #podcast os cuento detalladamente todo el proceso que apenas si tardó ...